Ayer cumplí cuarenta y siete años en una semana diferente a todas las semanas, que empezó con una despedida y por lo tanto un seísmo en ese imposible que anhelo en mi vida: que nada cambie. Ha sido un adiós que se ha cocinado lento, lento como lento florece el almendro. Nacerá pronto, su flor, del tallo frío tras este invierno estrecho, poquito tiempo d…
© 2024 Jesús Terrés
Substack is the home for great culture