Era un otoño de dos mil diez y yo andaba paseando por un Madrid ajeno al tiempo. La ciudad ardía como siempre, yo me iba apagando un poco cada día sin saber muy bien por qué. Casi nunca sabemos cuando empieza en nuestra vida una etapa ya sin rumbo, casi siempre es tarde cuando un día —sin más— te encuentras en medio de un gran temporal, el mar encrespad…
© 2024 Jesús Terrés
Substack is the home for great culture