Septiembre huele a almendras y a renacimiento, el mundo que nace —otra vez— los días del verano que agonizan, esta melancolía que lo inunda todo y cada quehacer un Everest inverosímil. Tu yo más atávico quiere dejarse caer, como el sol de cada tarde, pero es que es el ritmo natural de las cosas; tiene que morir agosto para que nazca septiembre, pero cóm…
© 2024 Jesús Terrés
Substack is the home for great culture