Nadie esperaba este octubre vestido de derrota pero quién sabe nada, es que el otoño siempre fue mi estación favorita y eso, maldita sea, no lo va a cambiar una pandemia mundial sin fecha de exilio en el mañana. Todo es siempre un ‘vamos viendo’ pero nunca imaginamos este carpe diem tan gris y tan arisco, qué caros están los abrazos.
Octubre venía a pone…