El positivo llegó por SMS un domingo por la mañana, un mensaje sin mucha poesía: “El resultado de su PCR es: POSITIVO”. Ni rastro de ganas de lamentos con la que está cayendo, con tantas alianzas sin dueño —no va de eso esta carta. La fiebre terminó, los días pasaron, llegaron otros síntomas, la vida se hizo pequeñita y mis rutinas (bellísimas a estas alturas de mi vida) casi una melodía imperceptible. Cuando uno se limita a hacer lo que tiene que hacer a veces olvida por qué hace las cosas.
Positivo
El positivo llegó por SMS un domingo por la mañana, un mensaje sin mucha poesía: “El resultado de su PCR es: POSITIVO”. Ni rastro de ganas de lamentos con la que está cayendo, con tantas alianzas sin dueño —no va de eso esta carta. La fiebre terminó, los días pasaron, llegaron otros síntomas, la vida se hizo pequeñita y mis rutinas (bellísimas a estas alturas de mi vida) casi una melodía imperceptible. Cuando uno se limita a hacer lo que tiene que hacer a veces olvida por qué hace las cosas.
Create your profile
Only paying subscribers can comment on this post
Check your email
For your security, we need to re-authenticate you.
Click the link we sent to , or click here to log in.