En una de las secuencias más emocionantes de Cinco Lobitos, Laila le desliza a su madre una confesión en la que caben constelaciones, jardines bullendo en primavera, un terremoto emocional: “éramos felices y no lo sabíamos”. Es lo que pasa con las grandes (que casi siempre son pequeñas) obras, que funcionan como un espejo. Y ya no puedes sino mirar la v…
© 2024 Jesús Terrés
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