“La gente a menudo asume que algunas de mis fotografías se crean con grandes equipos de producción, decorados y efectos especiales; nada más lejos de la realidad, la mayoría de las veces (como en esta ocasión) tan solo soy yo, mi cámara y un paraguas”. Me impactó muchísimo esta declaración de uno de mis fotógrafos favoritos, su nombre es Greg Williams, su mejor amigo es Tom Hardy y su boda entra de lleno en mi panteón particular de las bodas a las que no hubiese dicho que no — es que no he ido a más de cuatro bodas en toda mi vida. Menuda party debió ser (también os digo que en la nuestra no lo pasaron mal) pero no he venido a hablar hoy de nupcias.
Me encuentro de lleno con la imagen en el Instagram del fotógrafo de la mano de otro fotógrafo, Borja de la Lama. “Yo, mi cámara y un paraguas”. Me dejan exhausto (como los buenos libros, como las buenas historias) esa esencialidad y ese compromiso absoluto con la obra, ese no buscar atajos. Esta es la fotografía que tomó Greg en esa sesión…