Nadie se va a quedar. Ni nada.
Olvidar que estamos de paso y no romperse en las palabras. Habría
que erguirse a cada instante. Siempre. Por los demás.
Me encuentro con la poesía de Fermín Herrero gracias a Laura Ferrero (La gente que no existe, editorial Alfaguara) y me impactan sus versos como una ráfaga de viento áspero —y frío— del Cierzo, los vientos (…