Nuestro amor por las Highlands estĂĄ anclado en dos cimientos sĂłlidos como el adamantium. El primero (y quizĂĄ mĂĄs importante) es la pura sinestesia visual âla belleza absoluta de sus bosques, el sonido del agua de sus riachuelos, el color de las estaciones. El segundo es todavĂa mĂĄs sencillo: sencillamente estar, el tempo de las cosas allĂ, pasear sin prisa por este pueblito sin turistas, el cafĂ© a media mañana, no tener planes, leer a media tarde frente a la chimenea, un vaso de whisky sin hielos. Carreteras, hoteles, tiendas, secretos, sosiego, calma y belleza.
âEsta rutina casera, sin visitar museos ni monumentos, sin obligaciones turĂsticas, es mi concepto ideal de una estancia en el extranjeroâ, es de Emmanuel CarrĂ©re y en pocos lugares como en Pitlochry he sentido yo ese pĂĄlpito de forma tan nĂtida. El camino es la vida y es lo que tratamos de contar en estos Diarios de viaje narrados por Laura, contarte sin prisa sus sensaciones, sus porquĂ©s y sus dudas.