Durante algún tiempo escribí bastante en torno a lo que se supone significa ser un hombre con clase; un gentleman, un Cary Grant de la vida: tweed, traje a medida (el paño, obviamente, de Holland & Sherry), zapatos de John Lobb, chicas guapas y coches bonitos; esas cosas. Esas mierdas. Los atributos que por aquel entonces entendía pegados a la elegancia…
© 2024 Jesús Terrés
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