Armar un plan
Laura me pregunta (ella lleva peor que yo todo esto: necesita el sol) por mis días perfectos de estos últimos años; ¿cuáles han sido y por qué? No es una pregunta fácil si no quiero quedarme en lo obvio y yo no quiero quedarme en lo obvio.
Lo pregunta -intuyo- para armar un plan, para dibujar una salida emocional a este encierro de facto; los trazo uno a uno sobre un papel, me sorprende (mucho) cómo se parecen las sensaciones de lo recordable, el olor de lo que se quedará para siempre conmigo. Es curioso lo fácil que se conectan los puntos mirando hacia atrás y sin embargo, cómo cuesta entender el ahora; comprendemos recordando pero la vida nos exige estar aquí y ahora.
No es mala idea: armar un plan, lo que sí y lo que no desde este encierro surrealista, desde esta atalaya donde el futuro es incierto y el presente un escenario sin tiendas ni portales —como en aquel poema de Gloria Fuertes:
y ya habrán cerrado las tiendas y portales;
y ya será muy tarde para llegar a tiempo
a los que h…