Ahora sí que sí: la arena en los brazos, atardeceres con un libro sobre las manos, el horizonte como oficina. Yo sigo pensando que pese a todo, pese al ruido de ahí fuera: no existe un vida mejor, la vida mejor no está más allá ni habita en el futuro. Eso es un autoengaño. La vida mejor siempre es presente. Y si es con poquito que hacer, mejor.
Este seg…