Proyectos pequeños, honestos (porque la honestidad es verdaderamente revolucionaria) y la intimidad como bandera. Poner sobre el tablero nada más que autenticidad y verdad. Cambiar el mundo desde una escala más pequeña y construir (y cuidar) relaciones de tú a tú porque lo macro ha funcionado fatal.
Ha sido un placer la charla tranquila con Milena Busque…